Nueva tecnología antisísmica desarrollada en Monterrey
Una nueva tecnología que puede reducir los efectos de las vibraciones sísmicas hasta un 50% o más sobre las construcciones fue desarrollada por expertos del Instituto Tecnológico de Monterrey campus Monterrey (ITESM).
Este sistema hace que en caso de un sismo, durante el movimiento telúrico, el edificio “se desacople de la tierra” reduciendo la fricción entre la estructura y el suelo en movimiento.
“Se trata de una vivienda construida sobre una losa de cimentación que también se comporta como el firme o piso de la vivienda, apoyada sobre una plataforma de suelo compactado. Para reducir la fricción utilizamos una cama de grava y arena en cierta proporción, y esferas de concreto, lo que provoca la reducción de la fricción”, explicó el titular del proyecto, el doctor Francisco Santiago Yeomans Reyna, profesor-investigador del Tecnológico de Monterrey.
Esta cama de grava y arena entre la construcción y el suelo actúa como un deslizamiento sobre ruedas, luego con el movimiento de la estructura se necesita una fuerza contraria que mantiene la casa en su posición original, explicó el doctor Yeomans Reyna.
Por esta razón se agregó un sistema que mitiga y contrarresta el desplazamiento del inmueble, el cual consiste en una serie de bandas elásticas ubicadas alrededor de la casa, las que al estar ancladas en el suelo estabilizan la vivienda sin interferir en la reducción de la fricción entre el suelo y la construcción.
Un punto de interés es que esas bandas se derivan de llantas desechadas, lo que reduce el costo del sistema y le hace sumamente ecológico y accesible.
Ya se hicieron las primeras pruebas de laboratorio con una réplica de casa-habitación a escala, a la cual se le instaló el sistema anti-sísmico para luego probar en una mesa vibratoria que reproduce las ondas telúricas.
Esta tecnología dirigida a viviendas nuevas de bajo costo está actualmente en proceso de patentado y eventualmente con los necesarios y respectivos estudios podría ser adaptada para edificios más grandes, concluyó el doctor Francisco Yeomans.